¿QUIENES SOMOS?
El Instituto Fuego Nuevo es una Comunidad de Hermanos Religiosos, que desde de la DIMENSIÓN PASCUAL, vivimos el espíritu de las BIENAVENTURANZAS, buscamos la Santidad y nos convertimos en Testigos del Resucitado asumiendo los consejos evangélicos de POBREZA, CASTIDAD, OBEDIENCIA Y FIDELIDAD A LA IGLESIA y llevando de manera prioritaria a los Jóvenes, adolescentes y niños el anuncio del Evangelio y Construyendo Comunidades comprometidas con el Reino.
En Fuego Nuevo, nos proponemos como proyecto de santidad, el mantener viva y presente en nuestras vidas la alegría y la paz, como signos peculiares de la gracia de Dios, ya que la Resurrección de Jesucristo marca la existencia de todo discípulo que sabe a quién se ha confiado. 2 Tim 1, 12.
A través de la experiencia viva con el Resucitado, Fuego Nuevo unidos en una misma experiencia, proclamamos una sola fe y anunciamos con la vida entera el Señorío de Jesús.
En Fuego Nuevo reconocemos y aceptamos el llamado gratuito y benevolente que Dios nos hace, y queremos responder desde nuestro Carisma sirviendo con amor a nuestro prójimo con las características del mismo Jesús, y manteniendo como María nuestro sí a lo largo de toda nuestra vida. Ya que Jesús nos enseñó que dar la vida es sinónimo de amar. Y que quien la pierde por Él la gana para el Reino. Mt 10, 39
En Fuego Nuevo queremos responder en clave de fidelidad donándonos totalmente para encontrar la vida en Cristo.
Nuestro Carisma es la CONFIGURACIÓN CON CRISTO RESUCITADO
Somos una Asociación Pública de Fieles en vías a ser un Instituto de Vida Consagrada, Nuestro Espíritu está fundamentado en la Paternidad de Dios, y tiene como proyecto específico dar a conocer el amor del Padre y la salvación que nos trajo Jesucristo a todos los hombres, principalmente a sus predilectos: los pecadores, los pobres, los pequeños, los más necesitados.
Nuestro Instituto se identifica con la experiencia de la Liturgia Pascual: la Celebración gozosa de Cristo, el Fuego Nuevo, Luz del mundo que destruye la oscuridad de la noche, luz que disipa las tinieblas del pecado, Fuego que arde sin consumirse, y Lucero que no conoce el ocaso: Jesucristo ayer, hoy y siempre.